sábado, 21 de marzo de 2009

UN POCO DE IMAGINACIÓN


Cuando realizamos cualquier actividad siempre debemos estar en pleno convencimiento de que la realizamos bien, por más minuciosa que sea o, por más simple que la consideremos es importante poner nuestro mayor empeño en ella.


Cuando se habla del proceso por el que tiene que pasar un libro, desde que es una simple idea, hasta que llega a las manos de un lector, se habla del trabajo de un amplio número de personas, se ha hablado de los correctores, de los editores, pero ahora quiero enfocar mi atención a la parte creativa de este proceso, el diseñador.


El diseñador es la persona que debe cuidar todos los detalles físicos y técnicos que requiere un libro para su fabricación, pues en él cae la responsabilidad de que éste resulte atractivo a la vista para un consumidor. Y no sólo esto, debe preocuparse por detalles de corte económico, político y social, si es que se quiere que una publicación sea exitosa.


Si hablamos de la parte económica, el diseñador tiene que verificar que el tamaño del manuscrito para saber la cantidad de tinta y papel que se utilizará durante el proceso de producción, aspecto que sin duda repercutirá obviamente en la economía. El tipo de papel que se empleará, el tipo de letra, la cantidad de imágenes y suplementos, etcétera. Son tantos los detalles que deben tomarse en cuenta y que a la vez recaen un la labor de un diseñador.


La portada es otro aspecto relevante a consideración, ya que en este punto recaerá la responsabilidad para enganchar a un lector o no, si una portada no resulta atractiva, interesante o simplemente no se adapta al gusto del público, pocas veces un comprador consumirá un producto así.


El aspecto es un punto que debe tomar en cuenta un diseñador, si el libro se hace en pasta dura o blanda, el tipo de hoja, las imágenes, todo esto obedece a meras exigencias estéticas y que sin duda es innegable prescindir cuando se pretende que un producto como el libro se coloque el la preferencia de un mercado.


Por tal motivo el que realiza este trabajo debe ser la persona que goce de conocimientos tanto de diseño gráfico como de gustos y preferencias de la sociedad a la que pretende venderle el texto, es por eso que las aptitudes de todas aquellas personas de una empresa editorial deben se limitadas, pues independientemente del trabajo que se realiza dentro de la misma empresa se requiere de actividades diplomáticas y publicitarias con el fin de que se realice una considerada difusión del libro.


Si pensamos todo lo que requiere una obra textual para su producción y aprendemos a valorarlo, creo que pocas veces se menospreciará de hoy en adelante un libro, por el contrario se admirará la labor de todas aquellas personas que están detrás de ello, no importando el tema, título o razón de ser de una publicación.

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