Sabemos que actualmente es muy difícil levantar un pequeño negocio, hacer una inversión para alguna cosa o simplemente ganarse la vida honradamente. La verdad la situación económica de nuestro país México, y de todo el mundo, no augura un buen futuro, es por eso que es muy importante tomar conciencia de las cosas que están sufriendo los estragos del contexto que se vive.
A qué viene todo esto, la verdad lo que hoy es preocupante es la gran dificultad con la que la industria editorial sobrevive en el mundo, la industria editorial y las demás en general, pues como sabemos el mercado intelectual siempre se ha visto en circunstancias complicadas gracias a la poca popularidad y el desagrado que sociedades como la mexicana tienen a los libros.
Y a qué viene este tema, a que afortunadamente llegó a mis manos un escrito en el que explica todo el proceso por el que pasa la manufacturación de un libro, desde que salen las ideas de la cabeza del autor hasta que llega a las manos del lector, y es muy entendible saber que todo eso implica un proceso tan apegado a la ley de la oferta y la demanda como cualquier otro producto.
Esto porqué durante este proceso el libro no tiene un valor tan simbólico como el que le ofrece un lector sino hasta que llega a sus manos, antes es una mera mercancía de la que vale la pena entender que no se trata más que de una producción con la pequeña diferencia que con lo que se comercializa es con conocimiento, cultura, sabiduría e ingenio.
Por lo mismo se aborda este tema, no se producen latas o pescado, se trata de pequeñas capsulas de conocimiento en las que cada persona puede crear un pequeño mundo con todo aquello que contienen esas hojas encuadernadas llamadas libros.
Resulta increíble comprender cómo es que funciona la industria del libro, pues como sabemos implica todo un proceso que incluye a muchísimas personas para que el producto pueda llegar hasta los ojos, o el librero, del consumidor. Autores, editores, mano de obra, vendedores, etc. Tantas y tantas manos por las que tiene que pasar la mercancía para que finalmente pueda ser instrumento del disfrute de las personas.
Pero no quiero hablar de todo lo complicado que implica entender los porcentajes, costos, inversiones y ganancias que se requieren para la producción de libros, me gustaría comentar sobre algo que me llamó mucho la atención. ¿Cuando un autor planea una obra lo hace pensando si se venderá o se enfoca por plasmar lo que quiere?
Considero que hay de todo, así como hay personas que se encargan de lucrar con su imaginación y conocimientos, también hay a los que les interesa la difusión de la cultura. Hoy sabemos que la situación económica es bastante complicada, por lo tanto no podemos negar ni juzgar la opción de hacer de un libro una mercancía en la que una persona pretenda obtener ganancias de este rubro.
Lo anterior porque sabemos que para todo hay gustos, pues así como hay libros destinados a la difusión de la ciencia, por ejemplo, también hay otros con fines de entretenimiento. Aunque cabe aclarar que esto de ninguna forma compite con la industria de los video juegos, el cine o la televisión, a pesar de que el libro también ofrece posibilidades de distracción e identificación con la fantasía a la que comúnmente estamos identificados.
Aunque sabemos que los libros nos brindan posibilidades de poner en práctica nuestra capacidad de abstracción, hoy es muy difícil que la gente logre apreciar el gran esfuerzo y toda la producción que necesita un trabajo escrito.
Gracias a la pérdida de nuestra capacidad de asombro cada vez vamos buscando alternativas que logren impresionar a nuestros sentidos, por lo tanto industrias como la editorial es muy difícil que prospere.
Es por eso que antes de querer publicar un libro hay que pensarlo dos veces, y no lo digo por lo difícil de su publicación sino por la dura competencia a la que hay que enfrentarse, no hay que ser pesimistas, simplemente hay que ser precavidos.
Referencias:
SMITH, Datus, C. Proceso de publicación de un libro. En Guía para la publicación de libros. México, Asociación de Editores de Instituciones de Educación Superior de México, 1991.