Resulta importante pensar el duro trabajo que implica fabricar un libro y sobre todo saber el duro camino que hay que seguir cuando se quiere dar a conocer una idea, independientemente de la dura tarea de plasmar conocimientos en hojas vacías o la terrorífica experiencia de enfrentarse con la terrible, malévola y por muchos odiada hoja en blanco. Sí, la primer hoja a la que cualquier escritor se ha enfrentado y de la cual nadie puede prescindir.
Si reflexionamos un poco es muy fácil juzgar el trabajo que hace cualquier persona, si lo hace bien o no, en fin, a lo que quiero llegar es a reconocer la importante función que desempeñan los autores cuando pretenden dar a conocer sus obras. Pero sin duda algo que vale la pena mencionar y de lo que pocas veces se alude es hablar sobre quiénes son los que están dentro y detrás de la labor de la producción de libros.
Me refiero a los editores, asistentes, agentes de ventas, y todo tipo de personal que actúa con el fin de hacer que la industria editorial sobreviva en este mundo. Y quiero decir, aunque se oiga cursi, que este escrito está dedicado a ellos. Y no porque realmente admire su trabajo, que a fin de cuentas lo hacen para ganarse la vida, sino por la gran utilidad que tiene para la sociedad tareas como esta.
Sí, a pesar de que cada persona realice un trabajo con el fin de ganarse la vida, es importante valorar que algunas son de utilidad para la sociedad, como la editorial, pues aunque es un trabajo que antes de que se vea el producto realizado (el libro), no es más que un mercancía sujeta a las leyes como la oferta y la demanda que cualquier proceso productivo requiere.

Los editores por ejemplo, su trabajo les exige que sean personas muy cultas que deben estar relacionadas con muchas otras para que su faena pueda ser bien realizada, así las ediciones impresas logren cumplir su objetivo, su venta y el éxito financiero. No nos hagamos tontos, en este mundo globalizado es lo más común que cualquiera podría ambicionar.
Además no podemos dejar de lado todo lo que en economía implica poder llevar a cabo una administración adecuada de la cual una empresa editorial necesita para su subsistencia; y no sólo la empresa sino los editores, los agentes, vendedores y hasta lo autores, por muy intelectuales que sean.
Pero bueno, no menospreciemos el TRABAJO intelectual, que por muy sencillo que parezca es verdaderamente una tarea que exige una amplia preparación académica para logra cumplir y darle gusto a los grandes segmentos de la población y sociedad que cada vez requiere más y más desarrollo, en todos los aspectos.
Y todo esto viene del trabajo que hemos venido comentando en este blog, sobre la Guía para la publicación de un libro el cual nos atañe con el fin de obtener información sobre el proceso de fabricación del mismo y saber quiénes actúan ahí.
Referencias:
SMITH, Datus, C.Desarrolo editorial: de la idea al libro. En Guía para la publicación de libros. México, Asociación de Editores de Instituciones de Educación Superior de México, 1991.

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